De labradores y cirugías de emergencia.
- Dra. Paulina Tello
- 11 mar 2022
- 1 Min. de lectura

Hace tiempo, como es usual, recibimos una visita en DogLover Animal Hospital de una hermosa labrador de 9 años llamada Zoe (por supuesto, apenas una bebé a los ojos de sus padres adoptivos). Al llegar, los propietarios de Zoe nos contaron que habían notado que parecía haber estado triste por un tiempo, pero que supieron que debían buscar ayuda cuando sintieron su abdomen distendido.
El examen físico nos dio una idea de lo que podría tratarse, pero pensamos que sería mejor ir un poco más allá y realizar estudios diagnósticos (¡nunca se puede estar demasiado seguro!). Los resultados no tardaron, y llegaron para confirmar nuestra principal sospecha: Zoe padecía de piometra.

La piometra es una infección uterina bastante severa que pueden padecer tanto perras como gatas. De no tratarla, puede llegar a acabar en septicemia e insuficiencia renal y ser un mal mortal. Sabiendo esto, ¡fue hora de correr al quirófano!
La cirugía comenzó de inmediato, y tan pronto como empezó pareció terminar (benditas sean las cirugías sin complicaciones). Todo indicaba que Zoe había llegado a tiempo para recibir tratamiento contra la infección; eso, junto con la esterilización a la que sus propietarios accedieron, significaba que pronto Zoe estaría como nueva de vuelta en casa.

La historia de Zoe es un perfecto ejemplo de cómo estar atento al comportamiento de nuestras mascotas es clave para saber si necesitan ayuda profesional (además, nos da la excusa perfecta para compartirles su sonrisita tan fotogénica). ¡Ojos bien abiertos, doglovers!
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