Una segunda oportunidad.

Ser padres de mascota significa muchas cosas, pero probablemente la más importante es buscar siempre lo mejor para ella. Claro, no todos estudiamos veterinaria, así que cuando se trata de cuestiones médicas, debemos confiar en un profesional. ¿Pero qué pasa cuando lo que nos dicen no es precisamente favorable?

Esta chica que parece capaz de ver el infinito se llama Lyla, una chihuahua de 11 años que vino a visitarnos buscando una segunda opinión.

Anteriormente sus padres adoptivos notaron una pequeña bolita cerca de sus glándulas mamarias, pero ésta había comenzado a crecer rápidamente en las últimas semanas. Buscando una solución, acudieron a una clínica veterinaria (como propietarios responsables) en donde diagnosticaron a Lyla con “Adenocarcinoma”, un tumor maligno demasiado riesgoso para poder operar dada su edad.

Los padres adoptivos de Lyla tuvieron 2 opciones: someterla a tratamiento mediante quimioterapia (arriesgando que no resistiera la anestesia), o permitir que el tumor siguiera creciendo y darle a su perrita los mejores últimos días de vida a su lado. Una posición que nadie envidiaría.

Al final, optaron por una 3ra opción: buscar una 2da opinión. ¡Y fue así que llegaron a DogLover!

Estudiando de cerca el caso de Lyla, y partiendo de su diagnóstico anterior, nos sentimos confiados de que se hallaba lo suficientemente fuerte para resistir la anestesia y cirugía. Concluimos que la mejor opción quirúrgica sería una mastectomía, ¡así que directo al quirófano fuimos!

La extirpación del tumor salió bien y Lyla se recuperó rápidamente, sólo siguió analizar la masa para cerciorarnos de que, como sospechábamos, no se trataba realmente de un tumor maligno.

¡Y justo así fue! La histología mostró que se trataba de un tumor benigno después de todo. No conoces las buenas noticias hasta que tus médicos te dicen eso sobre tu mascota.

Un mes tras su operación, su familia nos compartió esta foto de ella, con más energía que nunca.

¡La magia de las segundas opiniones!